Hola. Me llamo Alba Pino y soy directora, guionista y productora de cine. Cada vez que me presento así a alguien desconocido, la conversación se detiene durante un largo segundo: “¡Hala! Directora de cine. ¿En serio?”, “Eso suena a dinero”, “¿Conoces a gente famosa?” o la más recurrente “¿Has hecho alguna serie o alguna película que haya podido ver?”. La realidad es que sí, ejerzo como directora, pero aún no he firmado con Netflix, ni tengo ninguna película o serie en mi filmografía, pero he hecho muchas cosas y tengo mucho que decir.
Tras hacer Comunicación Audiovisual en Santiago, me vine a Madrid, porque me dijeron que aquí se hacía cine. Así que me mudé a un bajo de Argüelles y me matriculé para hacer dirección cinematográfica en el Instituto del Cine de Madrid.
Después de dos años de formación, me gradué, formé mi productora Galimatazo con un amigo de la escuela y con ello vinieron mis primeros proyectos profesionales. Primero nació “Reverso” y al tiempo surgió “Libélulas”, cortometraje que me ha dado muchas alegrías y que pudo volar por todo el mundo, desde Estados Unidos hasta la India. Después vino la nada.
Pocos viven de ser directores de cine y la etapa estudiantil ya había acabado, así que era el momento de trabajar, aunque no fuera de eso. Comencé a ejercer como productora en diversas empresas, como ALCINE, Alfa Zulú, Smiz and Pixel, Estudio V o Dadá Films & Entertainment. Actualmente, mi parte productora sigue activa y continúo colaborando con varias empresas, levantando proyectos audiovisuales.
Paralelamente, mientras me ganaba el pan produciendo, fueron surgiendo nuevas alegrías como “Madrid, Madrid, Madrid” o “Micro”, que ganaron los premios a mejor microvídeo y mejor cortometraje en el festival FILM MADRID. Después de eso me planteé ir más allá y escribí “Clara”.
“Clara” era mi proyecto más ambicioso hasta la fecha y eso conllevaba mucho dinero. Dinero que no tenía, pero eso no impidió nada. Apoyada por mi directora de fotografía habitual, Sheila Rodríguez, comenzamos a recorrer con distintos de nuestros trabajos los festivales de España, como “Y amén”, “A mi manera” o “Alicia”, hasta que ganamos un premio en el Festival de Almería con “Noviembre, 1998”, lo cual nos permitió, junto con una campaña de crowdfunding y una inversión propia, financiar el cortometraje. Fue la experiencia más agotadora y satisfactoria de mi vida. “Clara” siempre será el hijo predilecto por lo que costó y significó.
Y llegamos a la actualidad. “Clara” sigue volando por festivales y dándonos alegrías de tanto en tanto. Además, he dado conferencias sobre mi trayectoria en la Cineteca de Madrid para inspirar a otros como yo, he impartido charlas en universidades sobre cine, estoy a puntísimo de publicar un libro titulado “Al menos no llueve”, que habla de cine y de mí; y siempre tengo en el tintero varias películas, nuevos cortometrajes y nuevas historias. Con seis años de carrera, unos cuantos premios en la estantería y unos cuantos guiones sonando en el cajón, no me rindo.
Como decían en Matrix: “Hay una gran diferencia entre conocer el camino y andar el camino”. Y creedme, yo voy descalza donde sea.